Así saben las gotitas de sudor que se quedan atoradas en la nuca.
¿Nunca las has probado? Son ricas. Lo primero que necesitas es acercarte a esa nuca que tanto deseas, acercarte con la lengua muy dispuesta a dejarse sorprender.
Si tu eres de los que se dan por sabidos todos los sabores, de esos gandallas que no se asombran por nada, entonces ni tiene caso que lo intentes, porque cuando esas gotitas hagan contacto con tu lengua no apreciaras el tesoro.
Pondré atención la próxima vez... seguro me sorprenderé porque su sabor será a limón con algo más... su sabor único e irrepetible.