Llego el fin de año y es momento de hacer el recuento de daños, la reflexión, la locura y la razón.
Termina un año, termina un ciclo y aprendí mucho, aprendí que una relación es difícil, que es necesario sentir esa conexión mágica de la que tanto hablan los cuentos de hadas y las canciones románticas, esa pasión que se ve en las telenovelas de Televisa; también aprendí que existen diferentes tipos de amor, amor por los amigos, por la familia, por el novio, por las chaquetas, por el pisto, por el sueño, por la escuela, por la vida, por infinidad de cosas. Aprendí que los chicles de menta son necesarios, como un accesorio más, y que los chicles de canela son un asco; la moda la hace uno, la sensualidad se trae, el atractivo es una actitud, seguridad, independencia, inteligencia, gracia, solidaridad. Aprendí que no necesito una relación, tengo amigos (a los cuales amo con toda mi alma), tengo familia y si quiero acción, no es necesario compromiso; aprendí que soy frígido, aprendí que he llevado un año feliz, candente, diferente. Aprendí que es bello el sonido de la lluvia, que no me gusta el mar, una risa no se le niega a nadie, una mentada es mas que una pastilla de menta, la canela puede ser tu mejor amiga o tu peor enemiga; aprendí que el sexo va mas allá de lo físico, que el amor no se olvida de un día para otro, y menos nace de un momento a otro, permanece dentro de una débil estructura en el alma, que puede ser fácilmente sacudida y no vuelve a quedar igual; aprendí que uno debe salir solo de sus problemas, salir adelante, alejarse del barranco. Aprendí que uno debe dejarse disfrutar, correr el riesgo, aprender a llorar, a reír, a gritar, a dejar atrás el pasado, los celos, la ironía, la pena, el dolor, el grito. Aprendí a racionalizar las emociones y los sentimientos; Aprendí que debo dormir para olvidar, Aprendí que quiero llorar, aprendí que la sinceridad mueve montañas, que los besos no son simples toques de labios, aprendí que la dulzura es valiosa, aprendí que me puedo enamorar, aprendí que debo olvidar, aprendí que debo mejorar, aprendí que amo ilusionarme, aprendí que me gusta gritar, sentir, vivir, convivir; Aprendí que tengo emociones , que una buena personalidad, espontánea, explosiva, que el viento tiene un cuento que contar, una historia que relatar, el césped tiene memoria, el agua tiene sorpresas y la tierra merece respeto, aprendí que un suspiro tiene un gran significado, una carga emotiva de dolor y felicidad. Aprendí que soy adicto a los besos, a la compañía, al coqueteo, a las emociones humanas, a oír el latido de mi corazón, a sentir cosquillas en la entrepierna, a que me hagan temblar las piernas, que los compromisos, no son solo legales, Aprendí que uno debe buscar lo que quiere, no va a suceder por arte de magia, ni por milagro divino y menos por combustión espontánea, aprendí que la venganza se disfruta mas si es involuntaria, aprendí que puedo fingir un orgasmo, amor, compromiso, Aprendí que me gustan los retos, que las mascaras de luchador no son tan incomodas, que puedo llegar a ser gracioso cuando traigo una mascara puesta, o sin mascara, aprendí que debo ser yo mismo, con mi hipocresía, diplomacia, ignorancia, inteligencia, espontaneidad, irresponsabilidad, entrega, amor, Aprendí a perseguir autos en mi cabeza, cazar fantasma, que el drama no se inventa, existe, que la vida es una pasarela, una novela y lo que resultaría de procreación de un cuento de hadas, con uno de terror, y luego eso se reproduce con uno de misterio. Aprendí a disfrutar los pequeños detalles de la vida, a darme el tiempo para consentirme, Aprendí a no tratar de complacer a las personas, si ellas esperan algo y no cumplo con sus expectativas, es su problema, para que ilusionarse, aprendí a dejarme llevar, a plasmar mi corazón sobre papel y transferir mi alma con la tinta. Aprendí a soñar y nunca despertar, aprendí a querer sin lastimar, aprendí a correr riesgos sin temer, aprendí a disfrutar el momento. Aprendí a ver al sol a la cara y a sonreírle a la luna y a pedirle deseos a las estrellas. Aprendí a estremecerme con un abrazo y a perder el control con un beso.
Simplemente
Gracias
Gracias
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