Entré en ti, y peor, entraste en mi, te robaste, de la forma más perfecta, un espacio... Me aterro.
¿Sabes? Me rehuse a ver tu mirada y no ver esa mirada que hice tan mía, que te robe y no creas que tu no robaste nada, siempre pensé que podían robarme todo menos mi respiración, siempre podría aferrarme a algo... La robaste, la cambiaste, la tranquilizaste, la pausaste.
Y ahora solo tengo esa imagen, tus ojos, llenos de luz, con la mirada fija, tranquila... Mía
Ese miedo de perder algo que ni siquiera aún tenemos es el que en ocasiones nos detiene a intentarlo, pues nadie en su sano juicio quiere ser lastimado. Aunque a veces preferimos quedarnos con el pensamiento de la probabilidad a nuestro favor... :)
A veces no hacemos por miedo y otras no soltamos por el mismo miedo a no encontrar algo como lo que algún día tuvimos y pensamos que era lo mejor. La vida nos pone lo que necesitamos enfrente, el problema es que no siempre lo vemos por aferrarnos a otras cosas, por no hacer espacios nuevos.