jul
14
A veces, cuando espero a las estrellas bajar, dejando entrar al viento, dejando escapar mis sueños, alejándose sin miedo, recuerdo esas fantasías maltrechas, de los sueños deborados en color azul; a veces en ese frio que nos regala la noche, mi mente da vueltas, viaja y me pongo a volar, todo llega en imagenes color sepia con tonos naranja, algunos garabatos, palabras irreconocibles e ideas trantando de huir, de ser masticadas en bocas ajenas; esos anhelos se convierten en un mundo o un instante, un beso bajo una lluvia rojiza, barnizada por la luz de luna, un beso atento y quebradizo que se disfraza de animal salvaje, de juego sensual, que después intenta esconderse entre el murmullo y las risas; cuando la esquinita de mi alma lográ despertar y entender como llego hasta aquí; cuando una caricia desvergonzada logra alcanzar la parte baja de mi espalda y asi retorcer mi respiración, sentir como las rodillas intentan jugarme chueco y perder el suelo, cuando el aliento se evapora sin despedirse y me doy cuenta que todo esta mejor, envuelto en su mirada y denuedo, resguardado en esa complicidad y desfio al mundo, solo al ver mi reflejo en sus ojos, donde el juego de las estrellas nos prometen perderse
jul
09
Creo que apenas comienzo a tomarle el ritmo, pero como dicen, ser puta es como bailar, cuestión de agarrar el ritmo, todo lleva un ritmo, las gotas de lluvia golpeando al suelo, la brisa, incluso hasta el abismo entre canción y canción, solo tenemos que tomarle el ritmo, como al sexo, como a las risas y como a los suspiros, solo quiero adivinarlo, o mas bien, encontrarlo, un efecto o una causa perdida, pero también creo que esto esta perdiendo el ritmo, los movimientos se tornaron lentos y pausados, las palabras fluyen como la transpiración, fria y cautelosa, el ambiente se llena de humo, de preguntas y tecnisismos, una confusión que empieza a perderse en línea y donde yo me he perdido antes, como hoy, me perdí en el latido de un corazón, en la risa fingida, en el llanto sincero y en la voz al otro lado del telefono, no supe que hacer, eventualmente pierdo la linea, la pista, el sentido de las manecillas, el camino se torna violetaceo y lo semaforos se pintan de rojo, es rojo que alguna vez senti tan familiar, que me torturaba en silencio y ventaja, ya se me olvido, como todo aquello que he aprendido a olvidar, su voz, sus caricias, sus besos tormentosos, un apretón de mano crudo, pero ahora empiezo a recordar, el sabor a cigarrillo de sus besos, a caramelo y sexo de su aliento, el aroma de su loción al alejarse, busco algo que me deje continuar, en technicolor, en una sintonia ajena o robada, el ecleticismo de su plática un tanto grosera y vulgar, ruda, fuerte, como sus manos, como su voz, rasposa, caliente, dentro de esa camisa, esa tortura muy personal y culposa, dentro de ese orgasmo sensorial, algo que no pueda perder.
Si me dieras un beso, me lo pondría en el huesito de la pelvis, justo arriba de la cadera
Referencia Personal
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Interesado en la gloriosidad de la madre naturaleza, en la perfección del padre tiempo, en el misterio del gran kahuna, en la complejidad del hombre, en la sencillez de un suspiro y en el dolor de una lágrima.
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