Alguna vez creí esas historias, de princesas y caballeros, del castigo de la soledad, o debo decir de infame golpe de la soledad, esos cuentos baratos donde solo la gente normal podría ser feliz, donde nuestra misión era rescatar o mejor aun, ser rescatados, pero no nos cuentan las historias donde uno se pierde en una línea recta, donde dejamos de ser nosotros, cuando ves el mundo como gira y gira, los cuentos donde no necesitas ser rescatado, porque no tienes a un dragón vigilando tu ventana, ¿Dónde quedaron los cuentos donde podemos vivir en la parte mas alta del castillo sin ser molestados? Quizá solo ser esperados o ¿porque no? Ignorados, donde podamos vivir en pausa, en esa eternidad entre canciones, donde podamos apagar el interruptor y vivir en off, quizá soy un hombre moderno o desquiciado o quizá solo pretendo vivir en la parte mas alta del castillo.
Si me dieras un beso, me lo pondría en el huesito de la pelvis, justo arriba de la cadera
Referencia Personal
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Interesado en la gloriosidad de la madre naturaleza, en la perfección del padre tiempo, en el misterio del gran kahuna, en la complejidad del hombre, en la sencillez de un suspiro y en el dolor de una lágrima.
Sólo para recordarle, que usted no es alguien normal, por ende, su felicidad, será diferente.
Sañudos, un abrazo... Y me invita a su castillo de vez en cuando.
Desde la torre se vive en estados contemplativos, pero se corre el riesgo de volverse un voyeur, viviendo al margen sin ser partícipe. Creo que aunque implica riesgos y esfuerzo la verdadera vida se vive abajo, es probable que las lecciones más enriquecedoras estén en callejones, veredas y debajo de algún puente... y al final, la experiencia vivida es la que más nutre a la creación.